En este tiempo, David Bárcenas camina hacia un lugar llamado abstracción. Experimenta, busca, trabaja mejorando su técnica, continúa con su progresiva y particular intelectualización del arte. Es cierto que el paisaje sigue presente en su subconsciente en algunas de sus obras, pero cada vez más descompuesto en colores, líneas, trazos, ya casi sin relación con la realidad.

Parece, en cierto modo, que lo poco que queda de los paisajes y la naturaleza es el titulo de alguna obra. No obstante, tenemos que preguntarnos, ¿qué es la naturaleza sino armonías, mezclas, conjunto de formas y colores creando un todo?

En este sentido, se puede seguir apreciando un ligero regusto a su tierra (la Mancha), al paisaje que le ha visto nacer: colores marrones como la tierra, rojos como el vino, blancos como la cal; ese blanco que parece romper las grandes composiciones y que contrastan en grado sumo con el resto de las mezclas y veladuras.


Ramón Corrales Lara, Licenciado en historia del Arte.